Me erizas
tan solo
pensándome.
…
Tu mirada.
…
Tu gesto.
…
Tu intensidad.
…
Confluyes
sobre mi piel
y la haces estallar
en mil pedazos.
Cien años
Cien noches de niebla en las que vivir
es una auténtica heroicidad.
…
Cien noches de escarcha helada.
Y ceniza incrustada en los labios.
…
Cien noches tras el impávido cristal de la ventana
tratando de contar gotas de dos en dos.
…
Cien noches sin palabras
Ni consuelo ante el silencio.
…
Cien noches en compañía
del fiel aullido de mi perro.
…
Cien noches embalsamadas en licor
maldiciendo la pared de mis venas.
…
Cien noches eternas
borradas de un plumazo
al cruzarme con tu mirada
y un mágico roce de tus labios.
Réplicas de movimiento contínuo
Cuando todo es fantasía y hasta las gotas de agua blasfeman.
Cuando la mochila es leve y decorada en su exterior.
Cuando el espejo refleja una imagen distorsionada con nuestra mente.
Cuando caminamos rodeados de réplicas de movimiento autónomo.
…
Entonces buscas girasoles de espaldas al sol
y los reverencias.
O sonríes a los viejos juguetes buscando
un guiño cómplice que no llega.
…
Es el momento de reírte.
De mirar al cielo.
Mover las nubes
con la fuerza de tu mente.
…
Abrazar peregrinos.
Dejar que la cerveza te salga por la nariz.
Dar patadas a los cacharros oxidados.
Y bailar sobre la tumba de los malos recuerdos.
¿qué ves cuando cierras los ojos?
Cierro los ojos.
Veo mundos
Colores inexplicables.
Texturas envolventes.
…
Corceles libres.
Bandadas de nubes.
Mares en calma.
Vientos silentes.
…
Escritos conclusos.
Tu silueta en mi almohada.
Brillo. Mucho brillo.
Y docenas más de sueños.
…
Veo castillos llenos de almenas.
Espingardas sin espadas.
Grandes campos a mis pies.
Y estrellas sobre mi cabeza.
…
Y en todas ellas.
Un halo de luz que me da vida,
llamo por tu nombre.
y me responde.
Bésame
No estamos solos.
En el borde de la almohada siempre esta quien quieres.
Y si no se materializa, lo sublimamos con un deseo.
…
En las esquinas corre aire arremolinado y frío.
Pero siempre trae aroma y sonido.
…
¿Nunca has sentido que la naturaleza que te rodea
espera una oportunidad para sorprenderte con mil detalles?
…
Un caracol encaramado sobre una flor.
Las volubles y caprichosas sombras del atardecer.
El enésimo repaso visual de tu cuerpo.
Aun cuando lo tengo aprendido de memoria.
…
¡Anda!
Deja de ovillar
tu falsa mala suerte.
…
Cógeme de la cintura.
Aprieta.
Y bésame
llena de tierra húmeda
Rosas orgullosamente solitarias
sobre la arcaica maceta rota
que rellenaste de cielo invernal
bajo la sombra de las hojas del limonero.
…
Atrás dejaste la puerta abierta
con la casa llena de tierra húmeda
que tatuaba tu impronunciable nombre
sobre el vaho de los espejos del baño.
…
No hay soledad
en el aroma del agua de mar
ni armarios vacíos
donde guardar sueños olvidados.
Crisálidas encerradas en sentimiento
No debemos temer al cambio
pues implica evolucionar.
Al fin y al cabo somos crisálidas
encerradas en sentimiento.
El silencio se convierte en verso.
La soledad en sonrisa.
La tristeza en alegría.
Y lo sueños en ilusión.
Cambiar para crecer.
Para ver el día a día desde el aire.
Ganar en perspectiva.
Y perder en mediocridad.
La Llave de la supervivencia
El diablo, dicen, que da sobrinos
a quien no tiene hijos.
Y no tengo dudas que da recuerdos
a quien no se siente amado.
De cualquier manera,
por aquello de no perder ni al parchís,
el mediocre es capaz de acostumbrarse
a no rechistar con tal de respirar.
Con el tiempo,
Entre heridas
Y cicatrices restañadas,
aprendí a ser feliz coleccionando
vértices de recuerdos:
Tu cabeza recostada sobre la almohada.
El aire de unas alas batiendo en agosto.
Pedalear en la orilla del mar salpicado de sal.
El aroma de un buen habano reposado.
Y sonrío malévolo.
Pensando que algún alma amargada
quiso contrariarme con una maldición
y me ha dado la llave de la supervivencia.
Soy alguien porque soy libre
Soy alguien
porque soy libre.
Soy todo
porque no tengo nada
Me gusta jugar.
Y que jueguen.
Acepto clausulas.
Pero no condiciones.
Sobrevivo al infierno
incluso estando dentro.
¿Para qué me quieres vacío
amoldado a tus caprichos?
Soy canario.
de plumaje vistoso o raido.
De alegre verde o naranja
pero algo salvaje –sin quizás-
Pero si tengo claro en mi corazón.
No sé, ni tan siquiera sueño,
vivir en jaula de oro
lejos de la libertad.
Un mañana en ciernes
Envuelto en esta sinfonía
de percepciones pequeñas.
Casi imperceptibles
más allá de un instante.
Envuelto en ese mundo mágico
donde eres el centro del universo.
Las sensaciones entroncadas
en una tierra de francas promesas.
Renuncio a mi patria
por ser rey de la tuya.
Compartir un horizonte
con un mañana en ciernes.