Destellos incontrolables

martes, julio 13, 2010 Permalink 0

Sobre el gris del momento, tus alas más que batir, despiertan mi piel.

Los reflejos en el espejo conjuran una diáspora de destellos incontrolables.

La tarde ha sacado sus pinceles más finos y ribetea la silueta de tu sonrisa.

Mientras el césped recién cortado embriaga cualquier ensayo de vida.





La vieja rueda de madera ya no gira alegre por los polvorientos caminos.

Hoy cobija un puñado de telarañas y un concurrido nido de abejas.

La tarde tiene su propio ritmo cansino mientras adormezco tus pesadillas.

Retazos redimidos de las puertas del reino de Hades mientras aun soñabas.





Caprichosa gama de colores que encandila absorta a los amantes inseparables.

Esos que se dan la mano disimuladamente sumidos en una inconsciencia premeditada.

Una vela se consume gota a gota sobre la tapa del libro que ensaya tus versos.

Un silencio litúrgico que no empaña ni la suave caricia del viento de Julio.





Mis labios quieren despertarte.

Pero mi mente, sabia y experta

prefiere aprovechar el instante

para aprender tus rasgos de memoria.