Dulce rendición

viernes, diciembre 12, 2014 Permalink 0

 

 

 

Guerra incruenta.

Cuando dos más dos,

eran siempre cinco.

Y las noches en la cama,

eran largas y cálidas,

 

Cuando el chocolate con leche

era el desayuno del domingo.

las galletas absorbían la mitad,

y el resto escurría por tu pecho.

 

Dulce rendición.

Fusión de silencio.

Escarcha de amor.

¿Y por qué me gustas?

 

Porque el mar diseña sus olas sobre tu piel.

Porque la noche languidece sin tu rutilante estrella.

Porque tu mirada revuelve mis entrañas.

Porque tu cuerpo trata al mío de tú.

 

Porque tus manos yacen mas que se apoyan.

Porque nada escapa a tu presencia.

Porque el mar se hace río sobre mi lecho.

Porque lloro y secas mis mejillas con tus labios.

 

Porque ronroneas en la almohada y amanece de un tirón.

Porque río y tu mirada escudriña mi rostro.

Porque las máscaras solo existen en la decoración.

Porque haces bello el azul.