el asesinato de la esperanza

jueves, enero 24, 2013 Permalink 1

Imagen: Bellas espinas.



Veo el fondo de mi copa.

Sigo la última gota,

miedosa en el fondo,

con el rabillo del ojo.



No es sabor lo que busco.

Es sofoco. Poder absoluto.

Pesar en el rio de cristal pulido

Un divertimento a mi lengua.



Un dulzor ardiente

que apague el dolor.

Aunque el dolor mitigante,

en el fondo me mate.



Mis mejillas te alejan.

Mis dedos temblorosos,

más que amar descansan,

en el dobladillo de tu falda.



Se acabó,

Me rindo.

Y con esto,

vendo mi alma.







O la regalo.

Que para lo que sirve

a lo mejor a alguien,

le hace un apaño.



Lívido.

Frio.

Hincado en la barra.

A modo de muleta.



Se apoyan mis brazos.

Descansa el alma.

Respira. Respira.

Amanece un tono más.



Me cuesta.

El aire quema.

Los pulmones achican

amargos recuerdos.



Eco infinito.

Ambages mutilados

de tanto usarlos,

al volver a casa.









Al final, el pianista,

Tenía razón con su melodía.

Este mundo de mediocres

tiene su rey por un día.



Momento de irse.

Pierdo el pulso.

Si me rindo hoy

Mañana puedo ganar.



Este matadero de cuerpos

cierra con el alba y el sonido

de un candado que encubre

el asesinato de la esperanza.



Hace frio aquí fuera.

Las farolas no forjan sombra.

Mi espalda sudorosa se dobla.

Bramo maldiciones de cal.