El puñal de Dios.

martes, junio 21, 2016 Permalink 1

 

Hay almas que envejecen a marchas forzadas,

fruto de un compendio de conversaciones

imaginadas con trazos aislados de cordura.

 

Me alimento de migajas de tus emociones

que abrevaron en una primavera conclusa

y siguen errando de corazón en corazón.

 

Se hace la noche sobre mis esperanzas

mientras fecunda una gota de roja sangre

sobre mi cansado espacio intercostal.

 

Aprendí a morir decorosamente

mientras jugabas a ser el puñal de Dios.