Sé que lo quieres todo.
También que fabulas,
en la penumbra de mi fantasía.
Y sueño con el ruido que respiras,
con sus mil veredas de retorno.
Sin realidad objetiva,
conjuro una vereda traslúcida,
entre la sonrisa y el destino.
Prohibido amar.
Sin miedo.
Sin ilusión.