La cueva del silencio.

lunes, febrero 1, 2016 Permalink 1

 

 

La realidad se ha convertido en el lugar en donde estamos,

y lo inesperado,  en lo único que puede cambiar tu vida.

Vivimos envueltos en el miedo al riesgo y a cualquier cambio.

Lo queremos todo y elegir se ha convertido en un tormento.

Ignoramos la capacidad de una catarsis endémica y  sin límites.

También es cierto que es la necesidad de cambio quien nos elige.

Recelamos de una conversación ininterrumpida a tumba abierta.

El valor intrínseco del alma se ha convertido en la ocultación.

Una herida abierta por una palabra, lacera siempre de muerte.

Fascinados por la cobardía, dejamos de valorar el reflejo del espejo.

Y nos empobrecemos como ser humano, persona, o sociedad.

Quizás encontramos romanticismo en esquivar un beso a bocajarro.

Nos apresuramos a escondernos en la ególatra cueva del silencio.

Imprudentemente olvidamos que la única forma de tener varias vidas,

consiste en aligerar la piel muerta y desvencijada que curte el tiempo.

Me gusta ser quien soy mientras no tenga otra cosa que hacer.

Vivir es transformarse. Nunca poseer o esconderse perpetuamente.