Malherido

viernes, marzo 6, 2015 Permalink 0

 

 

Huellas huérfanas de estrellas.

Duendes a la deriva del deseo,

privaron del color a mi sangre.

 

Me doctoré en desiertos de silencio,

amontonando verdades oxidadas,

y un puñado de caramelos de menta.

 

Esperanzas roídas por el olvido,

me han convertido en un poeta,

cuya capa no protege del viento.

 

Malherido a base de ráfagas,

donde me refugiaba del estío,

aprendí a venerar mi mortalidad.