Nostalgia de ingenuidad

sábado, julio 3, 2010 Permalink 0

En los límites de la realidad

se extiende la frontera de la ilusión.

Esa que traspasábamos a diario

cuando no levantábamos un metro del suelo.





Un calidoscopio se convertía en cañón de luz.

Una nube perdida en la cuadriga de Ben-Hur.

El sonido de una gaviota en un dragón volador.

Y las olas el mar en temibles vikingos.





Un puñado de diez amigos del barrio

hacíamos incursiones a diario

invadiendo un mundo vedado

y a la vez deseado.





Atacábamos incesantemente.

Cambiando escudos por espejismos.

Y afiladas espadas

por globos repletos de agua.





Estaba prohibido pasar

sin una sonora sonrisa.

Nunca hacíamos prisioneros.

Y siempre prometíamos regresar.





Hoy en día sigo con mis incursiones.

En silencio y observando.

Con la prudencia de la edad

y la nostalgia de la ingenuidad.