Todo era mentira.
Y como tal,
insignificante.
Una diáspora
de palabras vacías
paralelas entre si.
Un infierno lúcido
en el nombre del padre
y de la intransigencia.
Olvidos desmenuzados
al son de una marcha
con armazón de barro.
Épica agridulce
que acontece tarde
y amarga los sentidos.