Un destino para cada historia

miércoles, marzo 4, 2015 Permalink 0

 

Amando tu sombra sobre mi cama,

Intimé, toscamente, con mi soledad.

No sé si sonrojarme y pedir disculpas,

o invitarte a participar de esta conjura.

 

Comenzó con el deterioro de un poema,

y una cortina de halagos efímeros y sublimes.

Melancolía banal que se infiltra en mi sangre.

Mármol cincelado con la precisión del verbo.

 

Hay un destino para cada historia que vivimos.

Aunque no tengo tan claro que, en el momento

en que iniciamos una segunda, o tercera,

no estemos lastrando nuestro propio destino.

 

Tenemos pánico a las cartas sin remite.

Temblamos ante la pérdida de la llave

que nos encierra entre cuatro paredes.

A que los muertos vuelvan o desaparezcan.

 

A que mis memorias sean comedia, y no prosa.

A que una flecha quite la vida en vez de darla.

A que una fotografía se vuelva anónima.

A que las alas batan y el mundo no cambie.

 

Debe existir un mundo mejor, pero,

lamentablemente, no es mi mundo.