Versos desde la orilla

martes, junio 16, 2015 Permalink 1

 

Te pregunté que deseabas a cambio de un beso y me retaste:

 

¡Sorpréndeme! Respondiste.

 

Te miré.

Dejé que mi sonrisa te pergeñara.

Escruté la línea de tu cuerpo.

Y dejé rienda suelta a mis labios…

 

Postales desde el vértigo.

Nostalgias reconocibles.

Algún que otro escalofrío.

Dos manos al unísono.

Disculpas en silencio.

Mi mejor café con sonrisa.

Una desnudez eléctrica.

El nombre de tus hijos.

Primavera eterna en la mirada.

Complicidad para amar la vida.

Un puñado de estrellas a modo de tocado.

Un frio que se apague con un simple abrazo.

Cambios de dos en dos.

Una estela azul que te envuelva.

Plácidas esperas con sabor a café.

Semillas insurgentes sobre tu piel.

Nervios y lágrimas entrelazadas.

Una pajarita de cartón multicolor.

Una mordida canalla.

Cordura de la mano de locura.

Principios y finales deseados.

Ilusiones de ida y vuelta.

Versos desde la orilla.

Arena de playa bajo los pies.

Piel acariciada de sol.

Canciones doradas.

Alas blancas de unicornio.

Bailes hasta la madrugada.

Historias llovidas sobre la cama.

Dragones que custodien nuestro reino.

Una puerta sin llave ni picaporte.

Albas cálidas.

Rosas en permanente eclosión.

Gargantas desesperadas al pronunciar tu nombre.

Rincones de la casa con perfume a ti.

Cortinas abiertas al aire de la tarde.

Semáforos en verde.

Vías de tren que converjan.

Días en que todo sea igual,

y otros en los que podamos inventar.

Estaciones tan solo de destino.

Un buen vino compartido en una sola copa.

Una promesa de “te quiero” del que me enamoré.

Energías consumidas.

Mis manos sobre tu espalda.

Mis labios buscando donde posarse

Una y otra vez.

 

En algún momento de este monólogo deje de sentir tu respiración.

 

¡Vuelve!