Llevo el silencio en guardia.
Mis palabras pintan escenas
y mis ojos crean leyendas.
Suceden milagros en cada escena.
En el insuficiente espacio
en que mi reflexión surca tu piel.
La libertad en liquidación
partidaria de un gran pecado.
Un ingenio sin apenas trillar
que maldice tu perfección.
Tengo prisa por un mundo infinito
y el desacato complaciente del cuerpo.
Siempre podrás contar con mi fe
cuando tu alma la necesite.