Besos que iban a más

viernes, agosto 27, 2021 Permalink 1

Hay soplos de brisa que terminan

en un escalofrío que recorre mi espalda.

Historias que nos presenta la vida

envueltas de música y poemas.

Juagábamos a ser hombre y mujer.

Encumbrábamos racimos de sensaciones.

Almas que cambian y se entrelazan

para que nada cambie y todo prosiga igual.

Abrazos infinitos, sentidos en silencio.

Comprendimos una vida de complicidad.

Aquellos besos que iban a más.

Sin duda, la mejor estación de mi vida.

Incluso, aprendimos a vivir de a dos.

Dos cuerpos.

Dos almas.

Un sabor.

Mis propios dragones

miércoles, agosto 18, 2021 Permalink 0

No importa lo mal que terminamos, 

si nuestra historia fue irrepetible.

Momentos impactantes que cortaban el alma surcando cicatrices.

Futuras, Presentes, o pasadas.

Historias que residen donde ellas quieren 

y anidan sobre crestas indomables.

Trucos aprendidos entre las sombras, 

tan largas como el hastío.

Experimenté a romper cadenas sobre el filo de la fría noche.

Ahogué las amargas llamas del aliento para sobrevivir entre dragones.

Mis propios dragones.

Me alimenté del miedo que cernían mis venas mientras se desvanecía.

Entendí el valor de la harmonía

como parte del alma que te arrancan los sueños,

cuando el viento aullaba sobre las aristas del hielo

y sangraba en silencio a modo de grito.

Nadas a bocanadas sobre estelas preñadas de sal.

Comprendes que, al final, de las batallas 

bailamos al son de la música manipulada

por sutiles aprendices de brujo.

Nunca necesite escuchar un “te amo” 

Plenamente consciente  que se desvanece en el aire.

Aprendí, como no, a conectar lo imposible:

Lo banal.

Lo espiritual.

La mortalidad.

La resurrección.

Aroma a hierbabuena

martes, agosto 17, 2021 Permalink 1

Me estoy acostumbrando a vivir con la piel erizada.

Mientras naufrago en la penumbra de mi almohada.

Incendio las guirnaldas de la última verbena.

He renunciado a dormir bajo las estrellas si no estoy a tu lado.

Me asfixia la brisa de la noche si no me rodeas con tus brazos.

Compartamos unos hielos embriagados en la última mesa de bar.

Duermo con miedo a que aprendas a volar lejos del nido de versos.

Sonidos asíncronos nadan entre tus párpados inmóviles y mi soledad.

Bailemos entre humo y caricias en este pecio dotado de tu hermosura.

Culminemos la noche entre besos y la marejada de tus sábanas.

Aprendí a suspirar para descalzar los demonios del silencio.

Y tal vez, guarecerme bajo el dobladillo de tu falda.

Volar con el aroma a hierbabuena hasta que los astros iluminan tu rostro.

Arrastrar la melodía de mi frágil costumbre a la fugacidad de tu mirada.

Voluptuosos aromas a besos plenamente sentidos.

Cataclismos al borde del camino que trazas sobre la blanca arena.

Ya estoy a salvo de la mayoría de las estaciones.

En las que ya nada es lo que era.

O lo que quería que fuera.

Tu delirante sonrisa

domingo, agosto 1, 2021 Permalink 1

Todo lo que me rodea, sueña contigo sin motivo aparente.

Mi sangre hierve al escuchar tu nombre.

Al evocar tu espíritu.

No me canso de recostarme en tus sueños.

En la comisura de tus pechos.

Vivo intoxicado de tus recuerdos.

Del eco de tu delirante sonrisa.

Del vibrante tacto de tu piel.

Me gusta hacer malabares con la esperanza.

Hacer ovillos con tus recuerdos.

Sobrevives en el bies de mi añoranza.

En la excitación que vive agazapada en mi espalda.

Tu peor herencia ha sido la anestesia de mi nostalgia.

El insoportable recuerdo de tu falda cimbreando al viento.

Recuerdo la hechizante fiesta de tus labios.

El brillo de sus colores y la humedad previa de tus besos.

Me despierto cada día lanzándome al vacío de los abrazos pendientes.

Rezones que hacen rechinar mis dientes.

Buscando el imposible camino de regreso.

Nunca me gustó partir.

Ni declinar el desamor.

Prefiero aguardar.

Incluso, volver.

Volar, tampoco estaría mal.