La realidad siempre está ahí

lunes, julio 27, 2020 Permalink 0

Un día decides bajar hasta el centro de tus emociones.

Un mundo subterráneo donde los claroscuros crepitan.

Peligros arcanos de quien realmente eres contra quien quisiste ser.

Fecundas maravillas que se deshicieron como azucarillos.

Temores inconexos con las que hacíamos volutas de cedro.

Legados que tintineaban ante molinillos de papel.

Traté de no ser cruel, aunque no se si pude conseguirlo.

Una involución originada de la lucha perenne con el victimismo.

La necesidad de una inspiración que me permitiera renacer.

No tenia necesidad,

porque la realidad siempre está ahí.

Agazapada junto a un manojo de preguntas.

Nunca lo viejo

tendrá el poder

de la sangre nueva.

Ni el tacto se salda

sin un abrazo.

Ni con la ausencia de piel.

Un bosquejo de tu cuerpo

miércoles, julio 15, 2020 Permalink 2

Existen palabras que hablan sobre la verdad.

No necesitan una gran paleta de matices.

Tan solo una mirada curtida y un hábil pincel.

Me dejo llevar por los trazos de tu cuerpo

Un bosquejo que atrapa un escalofrío.

Unos dedos que despiertan la piel caída.

Unos labios que se deslizan por tu oído.

Se hacen eco de palabras entrecortadas.

Ecos de respuesta sutilmente suspirada.

Perfectos pechos culminados por un trozo de tela

que quiere despeñarse cual avalancha de nieve.

Varias curvas perfectas entrelazadas entre sí.

Una espalda que se arquea cual violín.

Allí donde libo el licor del mejor cristal.

Mi mente se nubla entre deseo y realidad.

Dos muslos en permanente enfrentamiento.

Ambos quieren distanciarse y brindar un vacío.

Mientras tu vientre lo ensalza con un dulce vaivén.

Donde culminan dos cuerpos embridados.

En una guerra incruenta y nada artificial,

para tocar juntos el deseado momento final.

Un final siempre inconcluso en  su propio deseo.

Un final que se encadena a la insomne y larga noche. 

Un final que, con el paso del tiempo, llamaremos vida.

Pátina de sal

lunes, julio 6, 2020 Permalink 2

Existe una trastienda en los confines del paraíso, cuya banda sonora se respira.

Una sombra sutil que rodea la estrella Polar, donde se vislumbra una sonrisa.

Una mítica ficción declamada al unísono por tus labios y la palma de mis manos.

Humanamente, eres sombra y eres viento que cimbrea a su antojo sobre el mar.

La hegemonía de todo lo que sueño y lo poco que soy capaz de disfrutarte.

Fui discípulo aventajado de tus noches e hijo de todas y cada una de tus ilusiones.

Un injerto de piel que vive convulso del latido que engendran las venas y tu sangre.

Un sistema nervioso destrozado por el ansía que genera la búsqueda de tus labios.

Una quimera frágil y etérea que respiro al despertar y me acuna sobre tu almohada.

Mil besos censurados capaces de renacer en el dobladillo de mi camisa de lino.

El tacto sobre la pátina de sal que el mar salpica a diario sobre nuestros pies.

Encuentros fugaces sobre una caravana de escalofríos que adormecían la tarde.

La única razón por la que mi alma viviría de rodillas, sin dejar de reconocerse.

La música que no se escucha, sino que te acompaña silente cuando vagas perdido.

Ese beso que revolotea entre el recuerdo y la realidad. Ese que nunca repetimos.

Ese que tuvo vida propia.

Que nos hablaba por separado

De ti y de mi.

De mi hacia ti.

Nos enseñó a amar.

Y casi a sobrevivir,