Te asemejas a una obra de arte.

martes, junio 28, 2016 Permalink 1

 

A medida que esbozo tus cualidades,

más te asemejas a una obra de arte.

Mi mente crea cuerpos que mis manos

dan forma de humo  acristalado.

La fértil intersección que intuye

lo incomprendido y lo  impasible.

Sentimientos imposibles

que trasnochan en la piel

y duermen ausentes.

 

El puñal de Dios.

martes, junio 21, 2016 Permalink 1

 

Hay almas que envejecen a marchas forzadas,

fruto de un compendio de conversaciones

imaginadas con trazos aislados de cordura.

 

Me alimento de migajas de tus emociones

que abrevaron en una primavera conclusa

y siguen errando de corazón en corazón.

 

Se hace la noche sobre mis esperanzas

mientras fecunda una gota de roja sangre

sobre mi cansado espacio intercostal.

 

Aprendí a morir decorosamente

mientras jugabas a ser el puñal de Dios.

 

 

Tu orilla de la cama.

martes, junio 14, 2016 Permalink 1

 

Larga calma de tu cuerpo sobre arremolinadas sábanas.

Palpitan los anhelos entre contracciones involuntarias.

Se consuma el deseo y consumimos el aire que nos rodea.

La espuma del deseo cubre los poros de tu piel perfecta.

Salimos del abismo al que juntos accedimos a nuestra vera.

Resplandece el blanco de tu sonrisa sobre el rojo imperfecto.

Un velo de agua compartida y sueños consumados de a dos.

Oro que asciende. Aromas de sal y sabor maduro de fresa.

La consagración de la ofrenda de los cuerpos incombustibles.

El centelleo que siembra el humo de la pasión espontánea.

El rumor de la orilla de la cama. tu sombra repleta. Tu orilla.

Dentro de mi corazón se abre un hueco abocado a tu aliento.

Siembro hueso y sangre vencida. Recolecto turgencia divina.

Te atesoro, y ya comienzo a temblar si algún día te pierdo.

 

El ángel de mi muerte.

miércoles, junio 8, 2016 Permalink 2

 

Quiero que seas el ángel

que venga a buscarme

tras la muerte.

Que mi última sonrisa

te salude mientras me abrazas.

 

De cuando la seducción

se convirtió en corrupción,

ante quien me desposeí

de la crueldad de este mundo.

 

Con mi última lágrima.

pronúnciame por quien soy,

y no por lo que este mundo

quiso que fuera.

 

 

He tenido voluntad de amar

por mí mismo.

Sin embargo hoy necesito

que me ayudes a dar

el último paso.