A una nada de tí

lunes, febrero 12, 2024 Permalink 2

Hoy he llegado temprano.

He buscado una esquina.

He pegado mi espalda.

Para observarte mejor.

Has dejado que la música

te lleve por las paredes del bar.

Tu pelo, perfectamente recogido.

Esparcido sobre tus hombros.

El cuello, más largo que nunca.

Mezcla de gotas de ilusión.

Una piel sutilmente escarchada.

Y las venas a punto de explotar.

Tu mirada va y viene.

Viene y va.

No se posan sobre nada.

Controlan los demás cuerpos.

Las manos cobran vida propia.

Trato de que me acaricien

de forma desprevenida.

Pero vuelan a su rumbo.

La cintura.

Esa que tanto me llama.

Se curva inverosímil.

Como mis sueños gritan.

Tus piernas

Gráciles e inquietas.

Rondan el devenir de luces.

Acompasan el ritmo continuo.

Mi mente se pierde.

Desea acercarse

Sin despertarte

Sin que pierdas el trance.

Te has parado ante mí.

De alguna manera sabes

que mi corazón palpita por ti.

Me retas a bailar y acepto.

Ahora todo es aroma.

Cuerpos entrelazados

A dos centímetros de piel.

A una nada de ti.

Tengo miedo de abrir los ojos

Pero sé que eres real.

Mi realidad añora

hasta que no te pueda tener.

Soldados de la vida

domingo, febrero 4, 2024 Permalink 3

Hay cierto vacío cuando las metas se culminan y las ilusiones se difuminan.

Seguramente no se puede vivir en eterno estado de búsqueda y consecución.

Aprender a disfrutar lo conseguido sin pensar cual será el próximo viaje.

Recibir los destellos del alba como una luz y no como una nueva partida.

No se descifrar los colores velados que circundan mi habitación.

Acostumbrado a vivir sin más tejado que el yelmo y el cielo.

Te has convertido en un general de guerra, incapaz de reconstruir.

Zozobras ante cualquier estímulo que te lleve a los confines del infierno.

No hay piedad con los soldados de la vida. Aquellos que vencemos o morimos.

A fin de cuentas, solo existe el infierno y el cielo. En ambos casos llegas extinto.

Vencido o coronado, pero siempre salpicado de sangre y el acero embutido.

Un tránsito coronado por el silencio o las alabanzas, pero siempre en soledad.

Me gustaría recuperar el sentido de la brisa.

Abrazarte en silencio para robar tu aroma.

Fundirme en tus labios como si no hubiera un mañana.

Poseer la nívea llave incorrupta de la felicidad.

Los placeres sencillos.

Atado al mundo por las solapas.

Volando entre tus pensamientos

Y emergiendo desde tu piel.