Besos infinitos.

lunes, diciembre 26, 2016 Permalink 0

 

Besos infinitos.

 

Huyendo de las ruinas

en que se ha convertido

la supervivencia diaria

me encontré, de frente,

con una victoria sin dueño.

 

Una quimérica bocanada,

necesaria pero imposible.

 

Añoro las primeras lecturas:

 

El hechizo que marcaron

los trazos de la vida.

Experiencias peripuestas.

Bailes de padres e hijos.

Cuentos de ocas siderales.

Hoyos donde escarbar.

Cuentos inventados.

Mausoleos de tiza.

Chuches azul eléctrico.

Robots dislocados.

Botas de agua.

Remanso de olas.

Besos infinitos.

La química de la niñez.

Nostalgia de fantasía.

 

Diciembre 2016.

 

 

 

Buenos recuerdos.

martes, diciembre 20, 2016 Permalink 0

 

Las navidades tienen dos caras antagónicas.

Y la fuerza la posee el recuerdo. La tristeza.

La falta del ser queridos y eternamente amado.

Aquel que llenaba el corazón de sonrisas.

Ellos querrían que sigamos siendo felices,

ya que locos estamos y equivocarse es divertido.

Los caminos se tuercen para recargar ilusiones.

Nunca quise aprender a restar.

Menos a dividir.

Descorcha otras dos botellas de vino.

Aunque la ausencia hiere en el desamor,

también insufla nuevas esperanzas.

Usa las escobillas de tu batería

para interpretar un dulce mundo

como un hábil cuentacuentos.

Repasemos la historia como

una dulce sucesión de hitos.

Creemos un manual de limpieza espiritual

donde sumemos experiencias y recuerdos.

Buenos recuerdos de una vida plena.

Fabriquemos leyendas y protagonismos.

Afinemos la guitarra y transitemos

por el páramo de la ausencia.

En un mundo virtualmente caduco

debemos respirar con los pies en la tierra.

Fragmentemos la vida y acuñemos

una cálida manta de recuerdos favoritos.

 

Al fin y al cabo,

Cada día claudica la realidad

y germina un nuevo sueño.

 

 

Vivimos de incertidumbre.

jueves, diciembre 15, 2016 Permalink 0

 

Vivimos de incertidumbre.

De cuentos irresolubles.

De perplejidad ajena.

De indecisión supina.

De inseguridad.

Titubeamos ante lo categórico.

Fluctuamos entre nebulosas.

Padecemos dilemas imprecisos.

Dudamos.

Desconfiamos,

hasta de la sospecha

No tenemos escrúpulos,

y recelamos hasta la incredulidad.

Somos escépticos de armario.

Reparamos hasta la confianza.

Solo vivimos a gusto,

ante la ausencia de claridad.

En el submundo emocional.

 

 

 

Su último instante.

jueves, diciembre 1, 2016 Permalink 1

 

Su último instante.

 

 

 

Presencio un lienzo

con el fondo difuminado,

donde el color verde

simula una bruma espesa.

 

Desde una lejana colina,

fluye un camino de tierra

que transporta mi mirada

hacia un longevo mendigo.

 

Arrodillado sobre una estera,

raída por el tiempo y el uso,

su cuerpo dormido hacia delante.

Por subsistencia y por rendición

 

Un cuenco sobre el suelo,

vacío como su esperanza,

implora calmar su aliento

con algo de humanidad.

 

Mientras tanto, una hoja

tocada de ocre otoño,

zigzaguea hasta caer

en la oquedad del cuenco.

 

El anciano alza la vista,

y sonríe amablemente.

dando gracias por el instante.

Su último instante.

 

 

Esta es una interpretación

inferida por el Haiku

creado por Taneda Santonka,

que versa así:

“Mi cuenco de mendigar

acepta hojas caídas.”

 

 

Diciembre 2016.