Amigo:
Hoy necesito un abrazo.
Por todos aquellos que te ofrecí.
Pero no a modo de intercambio.
Sino de tabla de salvación.
Hoy no soy yo.
Soy el residuo de tu aliento.
La delicada silueta del humo.
La fría médula de un volcán.
Hoy quédate a mi lado.
En silencio. Pero sin soledad.
A la espera del renacimiento
de la inextinguible llama sofocada.
Hoy los amigos quedan,
y la risa fácil se va.
Quedan los leales.
Los que nunca enmudecen.
Esos.
Por los que la vida vale
mucho más
que cien reales.
La inocencia de un niño
No necesito razones
para lanzar un lazo a la luna
y con ella bien aferrada,
Viajar por tu vida
en forma de globo.
No necesito razones
para mostrarte el camino
por el que la piel de tus manos
quieren formar parte de las mías.
No necesito razones
para surcar el mundo
en un barco de papel
sin salir de mi barrio
No necesito razones.
Tan solo un guiño
que me permita soñar
con la inocencia de un niño.
Por encima de los sueños (version definitiva) disculpas
A veces la vida nos pone a prueba.
Ante nuestros ojos, de manera inmisericorde,
desmenuza las ilusiones primarias alimentadas
como arena entre los dedos.
Ahí hace una distinción entre los luchadores,
y los seres que solo saben hacer una pose.
Agua y aceite.
Sumisos y luchadores.
Entre los primeros me gusta seleccionar
aquellos que se agarran fervientemente
a un mínimo rayo de sol y le entregan su energía.
con la que luego crece y nos guía.
Por encima de los sueños.
O tal vez entre medio.
La gente que vale la pena
adquiere un sublime e intenso brillo.
Por encima de los sueños
A veces la vida nos pone a prueba.
Deshace ante nuestros ojos, de manera inmisericorde,
las ilusiones primarias alimentadas de ilusión
como un arena entre los dedos.
Ahí hace una distinción entre los luchadores,
y los seres que solo saben hacer una pose.
Agua y aceite.
Sumisos y luchadores.
Entre los primeros me gusta seleccionar
aquellos que se agarran fervientemente
a un mínimo rayo de sol y le entregan su energía.
con la que luego crece y nos guía.
Por encima de los sueños.
O tal vez entre medio.
La gente que vale la pena
adquiere un sublime e intenso brillo.
La profecía cumplida ante mis ojos
Eres la lluvia que anida en mi ventana.
El árbol que me cobija en la tormenta.
La dulce melodía de la ducha en la mañana.
El frágil destello de luz en el invierno.
El chispeante aroma salado del mar.
El hoyo tapado tras la caída.
La copa de vino tras la victoria.
La profecía cumplida ante mis ojos.
El reposo sobre las sábanas.
El silencio de un abrazo.
El crujir de la piel extasiada.
El espejo incomparable donde mirarse.
Eres.
Mi destino.
Mi mundo.
Mi sueño.
No fuimos reyes
No fuimos reyes
en la angosta escalada
que esta vida nos exigió.
No fuimos orgullo del deseo
de un puñado de almas mediocres
que nos engalanaron de cicatrices.
Ni fuimos el destino único
de unas palabas de ponzoña
amamantadas sobre mentira.
Pero hoy.
Erguidos en la mutua entrega.
En los sueños y la esperanza.
Bailamos sobre aquel infierno.
No hay quien dude.
Este imperio de los sentidos
ha renacido sobre el rescoldo
de un sueño indestructible.
La naturaleza de mis deseos
Te observo absorto
y me quedo sorprendido
del mimo con que te tratan
Los tibios rayos de sol del invierno.
Te rodean.
Te acarician.
Te miman.
Te inundan.
Siento celos.
Buenos celos.
Porque observo,
privilegiado
la naturaleza
de mis deseos.
Compartiendo sueños,
un día me encontraba
a los pies de tu cama
observando en silencio.
Así,
escribir se ha convertido
en una caricia constante
al despertar cada mañana.
No tengo medida en la locura
Te amare esta noche
asido a un faro en la niebla
que magnetiza el deseo
al dejar tu piel encendida.
Por la mañana,
aun calientes las sabanas,
me enredaré en tu pelo ensortijado
a modo de una cuna que mece.
Ya entrada la tarde
recordaré lo andado.
Tratare de mejorarlo
y comenzaremos de nuevo.
Anclemos nuestra historia
en el mundo donde nace
el soporte de las estrellas
y su brillo perfecto.
No tengo medida en la locura.
Como tampoco soy capaz
de marcar límite u horizonte
a la intensidad del encuentro
vivir trata de eso
Vivir
es amar
sobre la soledad
y lal ausencia.
Recrear escenas.
nunca vividas.
Aunque soñadas
y sentidas.
No busco
nada evanescente.
Ni algo etéreo
si no es para llenar mis pulmones.
Vivir trata de eso.
Deseos.
Emociones.
Ilusion.
espacio y tiempo
¿Qué tiene tu espalda
que atrae mis manos a tu cintura
Y converge mis labios en tu espalda
sobre piel única e incandescente?
Tal vez.
Como reviven mis manos,
bordeando tu vientre
mientras resistes.
Tal vez.
Como doblas tu cintura
uniendo espacios vitales
bajo un mismo espectro.
Lo que no discuto es,
la necesidad de combinar
espacio y tiempo
en un único momento.