Imagen: Gary Loveless.
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La tarde invade el poco espacio que queda entre ambos.
Las luciérnagas adornan el intenso brillo de tu mirada.
El ambiente preñado de aroma a cereza madura.
Aullidos lacerados emergen de tu piel.
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Rindo mi sangre al cáliz de tu cuerpo.
Que el mundo tiemble bajo mis pies.
Hazte hiedra sobe esta piel sofocada.
Deshaz el deseo de mis labios.
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Me aferro a tus detalles.
Tus pies descalzos.
Tu contorno.
Tu luz.