Regreso a la desobediencia sobre los escombros de lo que fui.
Soy definitivamente la mirada extraviada que nunca quise ser.
Arraigado sobre una cometa al viento caprichoso del deseo.
La conciencia de un pasado que habla futuro mientras duerme.
Seguramente los escombros humeantes sobre los que vivo,
son los rescoldos cimentados y profundos de quien volveré a ser.
Mientras tanto volveré a la disciplina de mi desierto emocional,
en que se ha convertido ese viaje lúdico sobre la piel de tu cuerpo.
Hambriento de ti me sacio de recuerdos y aromas sueltos de locura.