…
A veces.
Algunas veces.
Mi esperanza es un reflejo
de mi propia inocencia.
Y te imploro,
que la arranques de mis pecados.
Al fin y al cabo,
todos estamos bendecidos
o malditos.
No tengo dudas,
que de esa manera,
harás resplandecer
el resto de mi vida.
Sufro tratando de entenderte,
cuando solo necesito vivirte.