Aun fabulo en la penumbra de mis fantasías.
Exhalo veredas traslucidas retornando a la niñez.
Tengo presente las letras que grabaron a fuego
las canciones inmortales de Juan Manuel Serrat:
“El planteamiento de los grandes días.
La dependencia de ti para comenzar experiencias.
El consumo de la vida a granel.
El paseo de los instintos.
El derroche del placer.
El aplastamiento de la mediocridad.
La vida como ejemplar único imposible de recuperar.
La esperanza cuando nada sale bien.
Canciones que vuelan hacia el corazón de tu amada.
Cartas de amor a lomos del viento.
La belleza de lo que nunca has tenido.
La búsqueda de la luna entre la arena del mar.
Anidar en tus brazos enredado en sus pechos.
Amar por tu amor.
Olvidar la mitad a través del recuerdo.
Hacer caminos mientras pasamos por la vida.
Mundos sutiles, ingrávidos y gentiles.
La quiebra sutil del azul de cielo.
Estelas en la mar, a golpe de verso.
Locos bajitos con ojos abiertos de par en par
que se equivocan mientras corren las agujas del reloj.”
Nunca podremos corresponder con suficiente agradecimiento
a quien te hace soñar garabateando acordes y líneas en un papel.