Tu cintura

lunes, febrero 24, 2020 Permalink 0

Existe un universo al que se entra cogido de tu cintura.

Libando el brillo de tus ojos mientras los labios convergen.

Acicalando la piel de contacto hasta estremecer la respiración.

Una ópera inconclusa que ingenuamente repetimos una y otra vez.

 

Un mundo de arte que nos apremia a compartir este elixir.

Una galería continua consagrada al despertar de los sentidos.

Una invitación a soñar y despertarte con el sonido de tu respiración.

 

Acaso el antídoto para no morir demasiado jóvenes.

Una premisa que permite arrullarme en el margen de tus manos.

El arte que hace girar el mundo de oeste a este.

 

La sensación de vivir como ángeles con acceso perenne a la eternidad.

Un minucioso pincel abocado a trazar el rojo de tus labios continuamente.

La trastienda de los regalos olvidados de una infancia presurosa.

 

Estas crónicas de la diversidad imperecedera.

El más amplio significado de vivir en paz.

El dictado de un destino surcado por la luz del sol.

 

La feria de los sentidos.

La obra de arte suprema.

La rendición del culto.

 

 

 

 

 

 

Lo eterno y a la vez etéreo

martes, febrero 4, 2020 Permalink 1

Aún me cuesta encontrar

nuevas palabras para describirte:

La imaginación de la realidad.
La fecundidad del último momento.
El testimonio de una cadena de susurros.
Una sonrisa en la portada.
La imaginación de lo vivido.
Los aromas alumbrados bajo las sábanas.
La esperanza sin fin.
El testimonio de mi supervivencia.
El tesoro que ve la luz sobre su sal.
La excusa para reinventar el universo.
El sonido mesurado.
El prodigio de la realidad.
La fluidez de la anuencia.
La historia de dos lenguas.
La esquiva diáspora.
El refrescante deslumbramiento.
El bosquejo de un libro.
El pudor veteado de intensidad.
La compasión y el consuelo.
Lo que haces y no dices.
Lo que dices y no haces.
La tendencia.
La culminación.
Lo simbólico.
Lo eterno
y a la vez etéreo.