Últimamente,
las desapacibles tardes de viento,
culminan,
con remolinos de polvo.
Años de lucha y entrega, bailando al son de una letanía áspera y cruel.
Una mezcla difusa entre el fin del mundo y la nueva vida que ansiamos.
El desplome y culminación de las híbridas esperanzas entre llanto y vida.
Nunca fuimos suficientemente conscientes, de que escribíamos una crónica distante de la épica.
Te nombro en alto de vez en cuando, mas que para ensalzarte, para no olvidarte.
El futuro dobló la esquina hacia ninguna parte.
Todo es tan simple como que necesito escucharte.
Aunque sea a lo lejos.
Aunque sea un instante.