Cuando las heridas se vuelven cicatrices
y el pecho deja de respirar ceniza.
Otros mundos brotan sin parar desde el corazón a la lengua.
Revolucionamos el espíritu por un puñado de caricias.
Allende de embaucadores y por razones de supervivencia.
Un arte efímero exento de colores y filigranas.
Preñado de riesgo para un alma atormentada.
Un arcano suspiro que persigue la vida
entre la sumisión y el margen del cielo.
Una mentira perseguida por el consuelo
Que fluye entre la yema de los dedos
y la odisea para despuntar cada noche.
Recuerdos que paren recuerdos,
a modo de terapia contra la locura.
Una lluvia prudente que refresca la piel de toda sinrazón.
Casi por casualidad creamos una épica del afecto.
La historia de un dolor que fue de menos a más.
Fruto del áspero arte de alimentar quimeras.