Hoy he llegado temprano.
He buscado una esquina.
He pegado mi espalda.
Para observarte mejor.
Has dejado que la música
te lleve por las paredes del bar.
Tu pelo, perfectamente recogido.
Esparcido sobre tus hombros.
El cuello, más largo que nunca.
Mezcla de gotas de ilusión.
Una piel sutilmente escarchada.
Y las venas a punto de explotar.
Tu mirada va y viene.
Viene y va.
No se posan sobre nada.
Controlan los demás cuerpos.
Las manos cobran vida propia.
Trato de que me acaricien
de forma desprevenida.
Pero vuelan a su rumbo.
La cintura.
Esa que tanto me llama.
Se curva inverosímil.
Como mis sueños gritan.
Tus piernas
Gráciles e inquietas.
Rondan el devenir de luces.
Acompasan el ritmo continuo.
Mi mente se pierde.
Desea acercarse
Sin despertarte
Sin que pierdas el trance.
Te has parado ante mí.
De alguna manera sabes
que mi corazón palpita por ti.
Me retas a bailar y acepto.
Ahora todo es aroma.
Cuerpos entrelazados
A dos centímetros de piel.
A una nada de ti.
Tengo miedo de abrir los ojos
Pero sé que eres real.
Mi realidad añora
hasta que no te pueda tener.