Siempre me he preocupado de vivir, disfrutar y sentir
Sin la obsesión de atesorar, literalmente, cada recuerdo.
Siempre he preferido olvidarlo todo y luego, evocarlo,
cuando repito la sensación o añoro un sentimiento.
Vivir la vida en serio, ha sido mi lema.
Nunca me ha esclavizado su necesidad.
Un arte singular, parecido a la esgrima,
donde la defensa y el ataque se convierten
en un baile de salón, cabalmente sincronizado.
Hoy,
atesoro sensaciones.
Amigos.
Nostalgia.
Deseos.
E ilusiones.
Cuando tomo café con ellos,
cariñosamente nos tratamos de tu.
Intercambiamos recuerdos sin dogma alguno,
y vencemos el insomnio con el alma a cuestas.