No vivo de sueños.
Pero si de su magia.
Aunque en realidad
Libo, ansioso, su eclosión.
No llena vacíos.
Ni tan siquiera los crea.
Esta historia trata
del albor de un tintineo.
Nada me interesa
sin su esencia y descripción.
Cuando quiero ver estrellas
coloreo fuegos de artificio.
¿Acaso existe
terror más insoportable,
que una fría habitación
carente de alma?