Me desconciertas.
Te percibo mía.
y sin embargo
no te siento.
Buscando
una solución
me encontré
con la perfección.
Ahora no consigo
que mi corazón
deje de desbocarse
si te alejas un instante.
Te abrazo
y no disfruto
por temor
a perderte.
Así y todo,
prefiero la incertidumbre
que renunciar a esta ilusión
que mis venas acoge.