Si sigues fingiendo,
no vas a recordar quien eres.
Al fin y al cabo, sabes que
lo real es irreemplazable.
Te perderás entre lodazales.
Escombros polvorientos.
Laminas, perennes, de agua.
Silencios subyugantes.
Te despertarás rodeada de frío.
Tus sábanas calentaran otros sueños.
Tus deseos volaran alto
y tus pies caerán redondos.
Huirás permanentemente,
entre dioses menores,
inmundas bestias míticas
que rebufan fuego y sal.
Lo importante se disolverá
como aliento prematuro.
Mientras menguo a tu lado
para que crezcas en silencio.
En mi lento deshojar
de sueños y días pasados,
recuerdo la seda de tus labios
quemando en los míos tus deseos.