Consumemos una vida
de poesía y sonrisas.
Una esfera de ilusión
a modo de orilla.
Un furtivo dorado se ríe del atardecer
mientras adorna el fulgor de este fuego
con la grácil huella indeleble
de tus dedos entrelazados con el deseo.
La copiosa luz multicolor
derrama un susurro esta tarde
que reverbera límpido en el alma
mientras desgrana, paciente, su espera.