Seré tu cicerone

sábado, julio 17, 2010 Permalink 0

Tu sonrisa es parca.

Intencionadamente diluida.

Hasta el punto perfeccionada,

que ha subsistido sin alma.





Tu cuerpo. Cuidado a cincel.

Afinadamente combinado

con el matiz trivial de la moda,

y una suave y educada textura.





Alí esta él. Majestuoso.

Con el nervio de la viuda negra.

Y el temblor asustadizo

del cruel retumbar del reloj.





Para quien quiera tu cuerpo, ahí está.

Para los que queremos descifrar

el verdadero color de tus labios

me postulo como primero y único.





Seré tu cicerone

en el transito que comprende

el decorativo marfil

y lo quebradizo del ébano.