Nadar entre las palmas de tus manos,
como un pez multicolor que danza entre las olas.
Cada pensamiento me vuelve un poco más loco
y aleja mi soledad en brazos del silencio.
Una copa vacía. Un puñado de hielos,
prácticamente derretidos, de tanto girar.
Aun sigues iluminando mi terrible oscuridad.
Aunque, la verdad, tu rostro se deshace
entre las aburridas sombras de la nostalgia.
lo que ms añoro es tu presencia sonriente.
Aquella que lo impregnaba todo.
Espacio, sentimientos y recovecos del corazón.
Siempre estuvimos abundándonos,
sin saber que, con cada paso,
los ecos se desvanecían tras los rincones.
Necesito el toque de tus manos.
El lento derretir de las cosas simples.
Aquellos besos con sabor a carmín,
que tan bien sabían abrazarme.
Siempre he buscado un lugar a donde volver.
Donde desaprender a despedirse.
Siempre me he despertado rodeado
Allí donde me enseñaste a amar la vida.
Aprender a vivir entre amaneceres.
A languidecer con los crepúsculos.