Imagen: Kenvin Pinardy.
 
…
 
A los pies de mi cama serpentean cordilleras inexpugnables,
 
Sobre la almohada los mayores acantilados que cortan el horizonte.
 
De uno a otro se suicidan los sueños en un trampolín mágico
 
construido con trozos de nube y verde plumaje de ave fénix.
 
…
 
De vez en cuando le robo una pluma extraña.
 
Recorro con ella tu espalda mientras despiertas.
 
Entonces me ciega la locura de tu presencia
 
y no recuerdo bien como empezó nuestra historia.
 
…
 
Solo pido que me entiendas.
 
Aunque en la implacable distancia
 
no me escuches.
 
 
