Imagen: A. Lacroix
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Erase una vez.
Porque todos los cuentos,
como lo es la vida,
comienzan así.
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Con un llanto desapacible
que nos entrega a la vida.
Boca abajo y sin comprender
a qué viene esta osadía.
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Erase una vez.
Porque todas las estrellas
bailan juntas para aquellos
que saben esperar.
…
No les importa mojarse.
Ni con la lluvia ni con su cuerpo,
sumergido entre las olas
en medio de cada noche.
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Erase una vez.
Un niño gordito y soñador,
al que un día le toco la suerte
y le asieron fuerte la mano.
…
Y se quitó un peso de encima
porque algo mágico se abrió
jamás volvió a sentirse
un premio de consolación.
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Eras una vez.
Mi infancia.
Bienvenida.
Bienvivida.