Imagen: B.K. Lee
…
Cuando dos más dos,
eran siempre cinco.
Y las noches en la cama,
eran más largas y cálidas,
Cuando el chocolate con leche
era el desayuno del domingo.
las galletas absorbían la mitad,
y el resto se escurría por el pecho.
Esos son los momentos
que anhelo en las noches frías.
En las solitarias mañanas de domingo
donde el silencio invade hasta el espacio.
Cuando uno más uno son tres.
Cuando todo era más fácil.
Cuando la vida era grácil.
Y no existían clichés.