Imagen: luz de espinas.
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La piel humea simientes de noche.
Palabras ahogadas que fueron insuficientes.
Aromas conocidos e insomnios acaecidos.
La luz sostendrá la dulzura del día.
Toco tu rostro a menudo por si no puedo recordarlo.
Recito oraciones apócrifas a tu vientre convexo.
Conjuro soflamas predilectas entre néctar de escarcha.
Presiento fuego y rujo por el exuberante territorio.
Mis manos y tus manos sostienen, unidas, un diálogo antiguo.
Trata de promesas. Universos. Auroras boreales o equinoccios.
Y los pies, ávidos de persuasión dejan de perseguir huellas
Para parir caminos cóncavos de futuro y sabores ciegos.