Es tiempo de charla.
de risas y, ¿Porqué no?
De recuerdos en forma de lágrima.
De ilusiones desmedidas.
Un abanico de espejismos
refrescan las cicatrices
que el pasado nos dejó
marcadas sobre la piel.
Sabor a ceniza
que se vuelve miel.
Acero templado
licuado en carmín.
Aun recuerdo la luna,
doble de Diciembre,
con su espejo marino
y su encantador siseo.
Me río del tiempo
que soñé perdido.
Hoy llama a mi puerta
y mis piernas tiemblan.