A pesar de mi mismo, y mis cataclismos,
escribo cada día encendidos fotogramas,
que componen mi comedia humana.
En ellos represento lo que cuento
y también lo que me callo.
Lo que me atormenta
y lo que, a veces, me enamora.
Esas guerras que no terminan,
y que dibujan lo que soy.
Un paisaje jaspeado de humo.
Soy único en este mundo,
pese a la herencia de los anteriores.
Me empeño en lo bueno,
y siempre me caza lo malo.
Ilumino la injusticia
con un cristal hecho trizas.
Soy hombre aun,
cargado de sueños.
Esencias que flotan
entre declaraciones
repentinas e inexactas.