Borro todo lo que escribo,
pero me quedo con todo lo que percibo.
Al fin y al cabo uno proyecta
la imagen de lo que realmente es.
De esta manera tan solo aprendí
a sentir hacia dentro y proyectar
una luz mágica en las distancias cortas.
A veces dudo,
tiento al destino y me dejo llevar.
Descubro una capacidad de seducir.
de aceptación y reconocimiento
intactas desde el comienzo de los tiempos.
Entonces agarro con fuerza mi mochila.
La acomodo sobre mi hombro izquierdo
comienzo a caminar hacia la luz del sol.
Y ya no me hace falta huir de la oscuridad