A veces te pienso.
Escribo bajo el cielo
una explosión de sonetos
a modo de lienzo.
Luego las combino.
con alguna estrella fugaz.
Un limbo perdido
O simplemente les otorgo libertad.
Nunca me defraudan.
De vez en cuando, incluso
coincide con el atardecer
y tan solo les dejo hacer.
Cuando todo encaja,
y la armonía impera
en la cadencia de la tarde,
casi consigo que estés presente.