Mis sábanas aun huelen levemente a tu piel y a una soledad intensa.
La miscelánea del primer amor y el último abrazo son insoportables.
Algo muere cuando la esperanza estalla en mil pedazos ante ti.
Es un grado superior de sufrimiento que desemboca en confusión.
Mi corazón dejó de galopar mientras su inocencia envejece de amor.
Una declaración de amor perdida entre las volandas de un gran dolor.
Mi verdad es ahora furtiva y grita instantes de conjuras e infelicidad.
Cuando la ilusión se postra ante la ironía no muere. Languidece.
¡Qué dulce sabe la verdad que te sorprende al alba y te apuñala!
Mis ojos se arremolinan sobre la piel desgarrada por el ansia vacía.
Y aprendes a caminar mirando hacia atrás huyendo de la orfandad.
Me sorprendo a diario guardando la distancia conmigo mismo.
Y mientras maldigo aquellas falsas promesas inundo mi esperanza.
Ando buscando, cabizbajo, una infidelidad digna del viento del norte.