Los dioses suelen jugar
órdagos impredecibles.
Con resultados perplejos
y no siempre acertados.
En esa fracción
de error consentido,
se traza la épica
y garabatea la historia.
Entre deidad y capricho
vamos marcando el paso.
Unas veces al infierno
otras, camino de tu pecho.
Entre vida y sueño
cimentemos un hueco
donde silbe el viento
y el frio, aúlle lejos.