Imagen: Constelación de color.
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Deseo las curvas celestiales de tu cuerpo.
Un puñado de sueños de gloria.
La posibilidad de ver todo en positivo.
Acumular amigos en torno a una mesa.
Llevar permanentemente en la retina un paisaje.
Olfatear el mar limpio y salado.
Cerrar los ojos al recibir el aire de la mañana.
Recordarte y escalofriar los sentidos.
El aroma a tierra mojada después de llover.
El tacto de hojas secas bajo tu espalda.
La alegre sensación de realizar sueños.
Incorporar sonrisas al camino.
Añoro perderme en tus caderas, y deslizar mis labios por tus curvas.
Dormir plácidamente, con tu mano postrada sobre mi pecho.
Empatar la noche y el día en un único acto, donde sombras y luz se destierran.
Los susurros que me dedicabas antes de dormirme.
Las sonrisas que me dibujabas. Tu mirada acariciándome.
Desde el final de tu espalda hasta el borde de tu cuello, tan solo hay tres palmos y una constelación entera.
Me gusta recorrerla a ciegas y despacio. Una vértebra, otra, un lunar, un espacio.
Al final, mis dedos siempre hablan de sus hazañas como soldados de plomo.
Tus dedos desenredados
Recorren el campo de dulzuras.
Sin armas, sólo caricias.
Sin guerra, sólo sonrisas.
Siempre tus dedos.
Mariposas blancas.
Sonrisas que me arrancas,
deshaciendo mis enredos