Desde el fondo de la tierra
surge una melodía que incita
a abarcar tu cintura y aspirar
el aroma que emana de tu cuello.
El frío de tu piel desatendida.
El fragante final del maquillaje.
El aterciopelado escalofrío que te envuelve.
El tierno sentido de satisfacción inmaterial.
La vida nos regala una y otra vez
una oportunidad para entregar
ese halo de luz que envuelve una sonrisa
a cambio que no dudes en compartirla.
Hoy he fraguado recuerdos.
Recreado intensos sueños.
Y he dejado de mirar atrás,
si no es para esperarte.