Volar.
Para volver dónde estás.
Caricias.
Que aprendieron a volar
mientras acariciaban.
Perdona mi ignorancia
a la hora de vivir sin ti.
Tomé conciencia de tu magia
y ya no supe vivir sin ella.
He llegado a límites insospechados.
en el mismísimo borde del abismo.
Mil maneras de amarte en una sola vida.
Milagros que nos regala el destino,
entre las rendijas por las que se cuela
la caprichosa luz de la tarde.
Deseos de lluvia
que refresca tus labios.
Aquellos donde libo
el eclipse perpetuo
de una estrella errante.