A veces pierdo el tiempo,
si es que a eso se llama perder,
observando una pizca de lluvia
resbalando sobre el jazmín.
Con habilidad natural,
retiene su perfume,
dispersando sonrisas
tras salpicarlo en tu piel.
Me gusta comenzar la mañana
con una página en blanco
a la que darle vida
con la nimiedad de tus gestos.
Con esa magia que transitas
lo virtual a creíble.
Y el aburrimiento,
Imposible.