Movemos pieza en el tablero del arcano.
No hay colores definidos,
ni brisa cálida o envolvente.
Todo es caótico e intenso.
¡Que extraña es tu presencia!
Fresca, ardiente y sonora.
De esas que te transportan
entre universos afines.
Ahí estás. Tersa y desnuda.
Aquí mis deseos perdidos.
Envueltos en seda.
Un retazo de piel.
Blanca y escarchada.
Un silencio de tus labios
Sube el telón.
Comenzamos a andar por la vida.
Dejas en el camino vínculos desatados.
Giras ciento ochenta grados.
El mundo es el mismo pero al revés.
No reconoces forma ni color.
Ni tan siquiera el eco rebota igual.
Donde el aire llora.
El tiempo se congela,
el espíritu claudicará