No cambiamos.
Vamos evolucionando
mientras culminamos
el Apocalipsis de las ilusiones.
Todo parece pausado.
Una arquitectura
de papel maché.
Moldeable.
Frágil.
Efímera.
Al final de los tiempos,
no llevaremos nada.
Ni tan siquiera
a ti mismo.
Silencios llenos de agua.
Huellas que arden
sobre el raído asfalto.
Sombras que no despiertan.
Oraciones de ida y vuelta.
Caricias volubles,
envueltas en sueño.